Todavía lo recuerdo, lo hago cada vez que veo su foto. Bueno, la verdad es que no hace falta mirar su foto para recordarlo, para saber lo que fué.
Su recuerdo es el único inquilino de mi mente. De hecho es lo que me hace saber porque aún no consigo olvidar aquellos sábados en el campo y esos domingo perdidos en el calendario de pleno invierno, dónde mi único abrigo eran sus brazos y mi último alento era el de su boca.
Sí, aún lo recuerdo, lo hago porque no consigo ovidarlo.
No puedo olvidar el roce de sus labios, su mirada perdida en algún punto de mi rostro.
Sí, aún lo recuerdo, lo hago porque no consigo olvidarlo.
Ni lo olvidaré jamás porque mi vida es su recuerdo.
Fd:EstiRG. *
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